Natalia Asmad Reyes, es cosmetóloga certificada por el Ministerio de Salud, que se especializó en maquillaje audiovisual, cine, publicidad, televisión, donde se ha desarrollado profesionalmente por más de 20 años maquillando a rosotros de la TV y de la farándula criolla.
Su experiencia trabajando en áreas sociales, artísticas y con comunidades, la ha llevado a elaborar un proyecto para aportar conocimientos y herramientas para mejorar al género femenino, desde la pubertad a la tercera edad, “Terapia en Maquillaje”, como su nombre lo dice, es una terapia de sanación, que mejora el autoestima, la salud mental y calidad de vida de las mujeres que participan en estos talleres.
“Terapia en Maquillaje” es un taller enfocado al género femenino, desde la pubertad a la tercera edad, es un taller de carácter teórico, práctico, complementado con especialistas profesionales tanto del área salud, social, deporte y arte el cual apoyaran para su ejecución.
Desarrolla la orientación sanadora y terapéutica utilizando herramientas complementadas con el autocuidado, pretende apoyar y acoger al género femenino logrando de manera lúdica propiciar un espacio de interacción y conexión entre pares, mediante herramientas de técnicas del maquillaje y autocuidado, psicológicas y comunicativas.
Su Objetivo principal espropiciar un espacio de encuentro emocional que apunte a generar autoconocimiento y empoderamiento, mediante el autocuidado, maquillaje, acompañamiento psicológico y técnicas de comunicación, abordando en cada sesión los contenidos de manera lúdica a través de constante interacción con las participantes.
En cada taller se desarrollarán la sociabilidad, trabajo interactivo, reconocimiento de género, cualidades, capacidades, creatividad, técnicas artísticas, practicas y manuales del autocuidado complementados con el automaquillaje.
Si quieres saber más sobre “Terapia en Maquillaje”, sus talleres, contactos y oytros, puedes visitar sus redes sociales:
Cómo se hecho costumbre, dejamos a ustedes esta interesante columna de un colaborador de nuestro diario y también Trabajador Social, quien entrega su visión acerca del proceso eleccionario del próximo fin de semana.
“La revolución será feminista o no será”, “La revolución será con las disidencias o no será”, “La revolución será vegana o no será”, “La revolución será en bicicleta o no será”, y podría estar con estos eslóganes un buen rato. Es que la política identitaria se tomó la política hace rato, primero en el viejo continente, y como era de esperar en el tercer mundo. Y es que nuestro proceso constitucional esta lleno de reivindicaciones identitarias, porque nuestras izquierdas (centro izquierda incluida) se plegaron a la cola de este vagón. Muy a diferencia de lo que nos plantea el famoso historiador Eric Hobssbawm: “Así pues, ¿Qué tiene que ver la política de la identidad con la izquierda? Permitanme decir con firmeza lo que no debería ser preciso repetir. El proyecto político de la izquierda es universalista: se dirige a todos los seres humanos. Como quiera que interpretemos las palabras, no se trata de libertad para los accionistas o para los negros, sino para todo el mundo” Es que, en esta era posmoderna, ya sea la identidad por herencia o por elección, la lucha de unos derechos por sobre otros parecieran ser la unca forma de legitimar su existencia, siempre desde la diferencia con el otro que nos constituye, en una guerra de minorías contra mayorías que parecieran trasvasijarse. Se podría negar las injusticias que ha vivido el pueblo mapuche durante su historia, por supuesto que no o la discriminación que han vivido las disidencias sexuales en todas sus épocas, tampoco. El punto es el intento por centralizar el poder en subgrupos y no en el universo total. Ver el árbol, pero no el bosque. A una semana del plebiscito, es muy difícil que cualquiera de los lectores se este fijando en discusiones leguleyas, sino más bien el relato, las manifestaciones y discursos que hay detrás de quienes aprueban y rechazan. Por más que se exprese que el texto deba ser leído por unos o por otros, observando determinados artículos, ni ustedes y yo somos juristas, por lo cual muy poca trascendencia tendrían nuestras interpretaciones. El tema es político. Es posible asumir la diada Apruebo con progreso y Rechazo con conservadurismo(?) Es factible pensar que con una opción avanzamos y con la otra retrocedemos(?) Cuanto de las políticas publicas se modifica con una constitución u otra(?) Cuanto dinero se necesita para que sea vigente la nueva Constitución(?) Cuan acorde a los procesos productivos y la nueva era se encuentra la nueva propuesta, y cuanto dista de la actual(?) Me es imposible creer que el resultado del plebiscito pase por la simple distinción de izquierda versus derecha o progresistas versus conservadores. El abanico de interacciones es mucho más amplio y complejo. Es seguro que en ambos bandos usted se encuentre con gente que quiera una buena vida para su familia, salud digna, educación de calidad, pensiones justas, es más me atrevo a decir que es lo que el promedio de las chilenas y los chilenos responderían sobre lo que esperan de una nueva constitución. Entonces la pregunta queda abierta: El nuevo texto aborda la universalidad de la población o establece la superioridad de subgrupos sobre otros. Esa es la clave política. Porque ojo al creer que actos como los vividos en Valparaíso con la bandera o el desprecio por elementos aglutinantes de nuestra sociedad son simples anécdotas. Pesan mucho más que una explicación de 100 juristas. Al final del día, lo que importa es vivir bien y en paz, no importa si usted es de derecha o izquierda, del Colo Colo o de la U, católico o evangélico, etc. Junto a las condiciones materiales favorables, también están las simbólicas.
En esta nueva columna para Diario Provincial, el Trabajador Social Mayed Metuaze, nos entrega su visión respecto al proceso que se vivirá con el plebiscito de salida que decidirá si se aprueba o rechaza la nueva constitución.
Apruebo o rechazo. Son las dos opciones con que nos vamos a encontrar en el plebiscito de salida que ratifica el texto constitucional construido por la convención. Es que el plebiscito se esta tomando la agenda política nacional desde hace unas semanas con el aumento del rechazo en las ultimas encuestas (NO, las encuestas no mienten. Si tiene dudas revise el diseño metodológico. Enojarse con sus resultados, es como estar molesto con el termómetro cuando uno tiene fiebre) y su encadenamiento al gobierno de Boric, con las posibles consecuencias que puede traer este resultado. Y aunque la convención aun no termina de sesionar, pero lleva bien avanzada su tarea, con más de 300 artículos en el borrador, se plantea la duda, que suele confundirse con conspiranoia, por la tendencia que se observa respecto a la postura del RECHAZO. “Es que hay que esperar el texto final”, eso suena plausible si lo argumentara un constitucionalista o un experto en derecho público, porque para ser bien honestos, la mayoría de la ciudadanía no se va a leer el texto, y en el caso de que lo hagan, es bien improbable que tengan el bagaje teórico para discernir de la técnica jurídica o hacer análisis de experiencia comparada con otras constituciones. Que no se nos olvide. Esto es una elección, y en las elecciones suele primar la subjetividad y lo emocional por lo racional. ¿O creen que los votos en las elecciones se definen por los programas? Si pensaba eso, lamento decirle que no es así.
Lo que va a definir el triunfo del Apruebo o el Rechazo es el RELATO, la construcción del discurso de la una o de la otra, por eso no es solo importante el ¿Qué?, sino también el ¿Cómo?, y creo humildemente que la mayoría de los convencionales no repararon en el ¿Cómo? Si me la tuviera que jugar, diría que el APRUEBO se va a agarrar de uñas y dientes de que la nueva Constitución, sepulta a la Constitución de Pinochet, de la garantía de nuevos derechos fundamentales, de la eliminación del SENADO (Aprovechando el sentimiento anti político) y el fin del Estado subsidiario. El RECHAZO por otra parte apostara a los “espectáculos” que se dieron en la convención, la inconsistencia en algunos articulados, así como la creación de normas que no se encuentran en la experiencia comparada.
Entonces lo principal va a ser resaltar los nudos críticos, que puedan llevar más agua al molino, y por eso va a ser esencial quienes expliquen las bondades de votar por cada opción de lado y lado, y a quienes van a esconder para que no resten (El apruebo debería meter en un hoyo a los de La lista del pueblo y los del rechazo en otro a los patriotas). También se ve difícil para los partidos políticos su participación, ya que su aprobación esta en el suelo. No es una tarea fácil para ninguna de ambas opciones.
Ciertamente desde un inicio del proceso han existido votantes del Apruebo y del Rechazo, aun cuando ni se escribía el primer artículo. El voto de nicho, las barras bravas, los convencidos que recitan frente a un espejo y se palmotean a sí mismos, felicitándose por sus ideas. Esos son los que mas restan, a los que menos hay que escuchar. Unos son apologistas del Edén y los otros del infierno.
Aun no comienza la propaganda por ninguna de las dos opciones, pero es incuestionable que existe una tendencia mayoritaria hacia el RECHAZO, la cual podría mantenerse o cambiar a favor del APRUEBO en algunos meses. Mi invitación es a informarse, a reflexionar, a consultar y por sobre todo a dudar. Es inaceptable el chantaje que hacen algunos de decir que si se vota por el APRUEBO, nos volveremos Venezuela con Hugo Chávez resucitado, o que si se vota por el RECHAZO es porque se es un facho Pinochetista. Sea cual sea la decisión que tome, esta es legítima, es parte de la democracia, no hay una postura que sea más democrática que la otra.
Los buenos, para otros son los malos, y viceversa.
Normalmente hemos visto escombros abandonados en calles de nuestra comuna, al igual que restos de ramas de árboles, electrodomésticos, camas o muebles que han sido abandonados por sus paupérrimos estados o simplemente porque hemos decidido renovar nuestros enseres por unos más modernos.
Imagen referencial.
El hecho es que cuando los observamos sobres las aceras de nuestras calles o en algunos otros casos (no menores) – cuando los sacamos y dejamos a la espera de que un camión recolector se los lleve – solemos de forma casi inmaculada pensar que esto es una tarea que corresponde a la autoridad municipal y claro, como no pensarlo, si es el municipio el encargado de velar por el cuidado de sus calles, fachadas, infraestructura y todo lo demás relacionado con los espacios públicos dentro de una comuna, sin embargo también sería pedirle a una madre que debe estar atenta a cualquier basura que su hijo arroje en las calles de una ciudad al desplazarse por ella, no estando ella presente para vigilarlo.
Imagen de registro – cañete
Pero ojo, todo va más allá de eso, si entramos en el terreno legal, es cierto que a una municipalidad le compete el servicio de recolección de desechos dentro de la comuna (hasta 60 litros por familia, según las normas de manejo de residuos en comunidades y edificios) no obstante, son llamados “servicios de aseo extraordinarios” todos aquellos residuos como ramas, podas, pastos, malezas y desechos vegetales en general, sin embargo aun así las municipalidades dentro del territorio nacional pueden disponer de un servicio extraordinario, previa coordinación para el retiro de estos residuos, esto por ejemplo se realiza bajo la inspección municipal con un fin especifico y no generalizado.
¿qué pasa con los escombros?
El municipio estará autorizado a retirar gratuitamente residuos voluminosos como escombros, maderas, entre otros, sólo en aquellos casos sociales calificados como vulnerables según la ficha de protección social evaluada por la Dirección de Desarrollo Comunitario, cuya unidad municipal emitirá un informe a la Dirección de Aseo y Ornato para su programación de retiro en caso de que corresponda. Cabe mencionar que en otros casos donde no hay vulnerabilidad, el costo debe asumirse en un porcentaje o totalidad por los particulares involucrados del mismo.
Archivo de registro – Cañete
Los escombros u otros materiales no considerados desechos vegetales sólo podrán depositarse transitoriamente en la vía pública previo permiso municipal. Sin perjuicio de lo anterior, se aplicará la ordenanza que corresponda, para un ordenamiento de estos materiales depositados en la vía pública y así no entorpecer el paso de los transeúntes y automovilistas.
No obstante, es importante recalcar que NO se permitirá el acopio de desechos provenientes de la construcción, estos deben ser asumidos directamente por las empresas contratistas de dichas obras.
Alcalde de la Comuna de Cañete – Jorge Radonich Barra
Sin embargo hay que resaltar que cada comuna tiene una ordenanza en cuanto a residuos independientes, por ende esto lo hace diferente en cada comuna, afortunadamente en la comuna de Cañete hay ciertos pasos importantes que benefician a la comunidad para el retiro de estos incomodos y además de molestos desechos, como lo son los escombros y es que en conversación con el alcalde Jorge Radonich Barra nos dejo muy claro que uno de los objetivos de la Municipalidad de esta comuna, es una integración efectiva entre la comunidad y el municipio, por ende, en estas situaciones siempre se les aconseja a los habitantes que deben acercarse a sus juntas de vecinos y es por intermedio de ellos, que se hace llegar una solicitud al departamento de obras municipal, quienes se encargan de informar a la máxima autoridad y por ende dar dicha aprobación y posterior coordinación para el retiro de estos escombros en un horario que generalmente suele ser los fines de semana.
Es importante resaltar que este servicio lleva dicho proceso porque actualmente nuestra comuna no tiene un lugar especifico para estos desechos, por ende, deben ser trasladados hasta la ciudad de los Ángeles, cuyo valor de traslado asciende a los $600.000 CLP aproximadamente, costo que es asumido por el municipio.
Así que la próxima vez antes de lanzar la piedra, vamos a tener claridad de los pasos a realizar, para organizar de forma coordinada el retiro de estos molestos escombros de nuestras vías públicas.